¿Vaso medio lleno, medio vacío o vaso pequeño?
Es frecuente que en las presentaciones a las que soy invitado, los oradores, para explicarnos que cada uno ve sus asuntos desde su perspectiva particular, nos muestren la conocida imagen del vaso con agua hasta la mitad.
Nos explican que, si lo vemos desde la comodidad de la auto-complacencia, el vaso nos parece medio lleno ¡Bravo! Por lo menos hemos logrado parte de la meta en estas terribles circunstancias. Algo es algo. ¡Aplausos!
La segunda opción es sentirnos optimistas en nuestra proactividad, viéndolo medio vacío y con capacidad para agregarle más. Siempre me pregunté por qué solo se dan estas dos opciones. Pensando fuera de la caja, yo, entiendo en esta metáfora que el vaso es muy chico y que se llena fácilmente.
Esfuerzo, lo no negociable
Una de las distinciones que debe manejar un líder está relacionada con la habilidad de inculcar el esfuerzo como un valor no negociable. El entrenador de fútbol Pep Guardiola suele decir a sus jugadores que les perdonará que no acierten, pero nunca que no se esfuercen.
El esfuerzo acompañado con talento, siempre genera nuevas posibilidades y a eso debe apuntar el líder: a más, a mejor, a diferente.
¿Como líder estás asegurándote que tu equipo ponga todas sus energías en avanzar y hacer crecer tu negocio? ¿Los objetivos que trazas son desafiantes o aceptas proyecciones "cumplibles" sin esfuerzo?
Cada año que empieza inicia una prueba clasificatoria para las empresas: las que esfuerzan y mantienen la categoría, y las que no lo hacen y saldrán del mercado. Asegúrate de poner a tu empresa entre las que crecen y prosperan.